Criptomonedas
Las criptomonedas son una forma de intercambio alternativa al dinero convencional. Su propósito es evitar que instituciones particulares, llámense bancos o gobiernos, puedan aumentar el volumen de las monedas de forma abusiva. Y es que cuando un gobierno, por ejemplo, aumenta su producción de dinero con el fin de gastar más, y no siempre en beneficio de la sociedad, éste pierde su poder adquisitivo.
El dinero pierde su valor ya que es mucho más fácil imprimir dinero que aumentar la producción de bienes y servicios. Si por ejemplo mañana el gobierno de un país decidiera duplicar la cantidad de efectivo en circulación el precio de todos los productos y servicios debería duplicarse también. Los precios no pueden mantenerse iguales ya que aunque la población tenga el doble de efectivo no puede comprar el doble de alimentos, medicamentos o cualquier otro producto ya que el volumen de estos sigue siendo el mismo. Entonces el precio de los productos debe duplicarse para mantener el equilibrio. Al aumentar los precios de los productos, los servicios deben aumentar también. Este fenómeno es lo que conocemos como inflación.
Entonces de que sirve que los bancos o los gobiernos impriman mas dinero? Los gobiernos suelen imprimir dinero para cubrir sus gastos, gastos que en teoría deberían servir para generar riqueza. Aunque bien sabemos que confiar en las intenciones de las personas en control del dinero y el poder es una de las más grandes dificultades que enfrenta el mundo desde el origen mismo de la civilización.
Con el fin de evitar dichos abusos es que las criptomonedas definen un mecanismo de producción de moneda que nadie debería poder acelerar de forma intencional. Además, dicho mecanismo de producción suele aumentar en dificultad de forma periódica. Esto asegura un nivel de estabilidad que no depende de las intenciones del siempre reducido grupo de personas en el poder.
Otra de las libertades que ofrecen las criptomonedas en comparación con el efectivo es el anonimato. Nadie, ninguna institución, debería poder rastrear tus transaciones.
Quienes reciben criptomonedas en primera instancia son los denominados mineros. Estos las reciben una vez han demostrado que han trabajado por ellas (proof-of-work). La forma en que los mineros demuestran que merecen recibirlas es presentando un cierto volumen de valores hash que son únicos y que fueron generados por un conjunto determinado funciones SHA-256. Este conjunto de funciones es diferente dependiendo cada criptomoneda. Una vez un minero transfiere un conjunto de valores hash recibe a cambio una fracción o porcentaje justo de una criptomoneda. Por ejemplo, hoy en día recibes un Bitcoin a cambio de 118 Terahashes (118 x 10^12 valores hash).
Todo lo anterior suena muy bien, sin embargo las criptomonedas tienen aún varios problemas importantes por resolver:
El dinero pierde su valor ya que es mucho más fácil imprimir dinero que aumentar la producción de bienes y servicios. Si por ejemplo mañana el gobierno de un país decidiera duplicar la cantidad de efectivo en circulación el precio de todos los productos y servicios debería duplicarse también. Los precios no pueden mantenerse iguales ya que aunque la población tenga el doble de efectivo no puede comprar el doble de alimentos, medicamentos o cualquier otro producto ya que el volumen de estos sigue siendo el mismo. Entonces el precio de los productos debe duplicarse para mantener el equilibrio. Al aumentar los precios de los productos, los servicios deben aumentar también. Este fenómeno es lo que conocemos como inflación.
Entonces de que sirve que los bancos o los gobiernos impriman mas dinero? Los gobiernos suelen imprimir dinero para cubrir sus gastos, gastos que en teoría deberían servir para generar riqueza. Aunque bien sabemos que confiar en las intenciones de las personas en control del dinero y el poder es una de las más grandes dificultades que enfrenta el mundo desde el origen mismo de la civilización.
Con el fin de evitar dichos abusos es que las criptomonedas definen un mecanismo de producción de moneda que nadie debería poder acelerar de forma intencional. Además, dicho mecanismo de producción suele aumentar en dificultad de forma periódica. Esto asegura un nivel de estabilidad que no depende de las intenciones del siempre reducido grupo de personas en el poder.
Otra de las libertades que ofrecen las criptomonedas en comparación con el efectivo es el anonimato. Nadie, ninguna institución, debería poder rastrear tus transaciones.
Quienes reciben criptomonedas en primera instancia son los denominados mineros. Estos las reciben una vez han demostrado que han trabajado por ellas (proof-of-work). La forma en que los mineros demuestran que merecen recibirlas es presentando un cierto volumen de valores hash que son únicos y que fueron generados por un conjunto determinado funciones SHA-256. Este conjunto de funciones es diferente dependiendo cada criptomoneda. Una vez un minero transfiere un conjunto de valores hash recibe a cambio una fracción o porcentaje justo de una criptomoneda. Por ejemplo, hoy en día recibes un Bitcoin a cambio de 118 Terahashes (118 x 10^12 valores hash).
Todo lo anterior suena muy bien, sin embargo las criptomonedas tienen aún varios problemas importantes por resolver:
- Se han reportado robos numerosos robos, lo cuál ha puesto en entredicho la seguridad de los denominadas crypto wallets. Incluso se le ha acusado a los creadores de algunas billeteras electrónicas de escribir puertas traseras en ellas con el fin de robar a sus usuarios.
- En caso de robo no hay una institución a quien puedas solicitar ayuda o a quien puedas responsabilizar. No existe el equivalente a un banco al que puedas llamar y reclamar una investigación y posterior devolución de tu dinero.
- En teoría las transacciones con criptomonedas no son rastreables. Sin embargo no estamos del todo seguros que no existe un backdoor monitoreando tus operaciones. Y de existir uno, no podremos sabemos quien pueda estar observando los movimientos de tu cartera.
- Cierto nivel de rastreo es necesario para combatir el robo así como el tráfico de armas, personas y drogas. En mi opinión, así como no se le puede confiar el control de la moneda a un banco o un gobierno tampoco se le debería otorgar un completo control a quienes las usan. Siempre es necesario un mínimo nivel de control que ponga orden en lo que de otro modo sería un caos.
- Los mineros reciben monedas a cambio de valores hash SHA-256. Oficialmente el propósito de dichos valores hash es únicamente el de demostrar que los mineros trabajaron por ellos de manera genuina y que estos valores no fueron fabricados de manera fraudulenta. Sin embargo nada garantiza que dichos valores no puedan ser utilizados para minar (see what I did there?) la seguridad de esta función criptográfica y de los sistemas que aún la utilizan y confían en ella.
- Aunque cualquiera puede intentar minar criptomonedas, los principales beneficiarios son quienes poseen los mas poderosos sistemas de calculo. Esto ha dejado fuera del juego a los más pequeños mineros en años anteriores y continuará haciéndolo conforme aumente el grado de dificultad de los algoritmos de encriptación. Los peces grandes se seguirán comiendo a los más pequeños.