¿En que se parece dormir a trabajar?
Hay una analogía interesante elaborada por Jason Fried durante una conferencia TEDx Midwest. Durante ésta Jason hace una analogía entre el dormir y el trabajo.
Jason Fried. Why work doesn't happen at work?
Trabajar es como dormir, en el sentido de que no puedes hacerlo si eres interrumpido continuamente. Ambos el sueño y la concentración en el trabajo son eventos que suceden en etapas. Para llegara a las etapas de sueño más profundo necesitas haber pasado por las etapas anteriores. Si tu sueño es interrumpido no puedes volver y continuar durmiendo desde la etapa en que te quedaste. Necesitas volver a comenzar desde la primera etapa.
Así mismo en el trabajo, si deseas llegar a las etapas de concentración y productividad más profundas necesitas lapsos de tiempo, más o menos largos, sin distracciones. La productividad no es algo que sucede espontáneamente, es algo muy frágil, que requiere de concentración plena. No es posible ser real y profundamente productivo en un ambiente en el que estamos propensos a las distracciones no solicitadas. La opinión de Jason es que las oficinas, con todo y sus costosos equipos, no son lugares apropiados para la productividad precisamente debido a que son lugares llenos de distracciones.
En las oficinas, opina Jason, estamos continuamente propensos a que otras personas se acerquen a distraerte con asuntos no relacionados al trabajo. Que las juntas son unas formas de las interrupciones más frustrantes y más improductivas. Esto debido a que éstas se alargan más del tiempo necesario, porque suelen incluir a más personas de las necesarias. Que bien sólo unas pocas personas, dos o tres de ellas, y unos pocos minutos bastan para tomar una decisión importante y significativa.
En lo personal, encuentro más productivas las dos horas que, en ocasiones, suelo quedarme después del horario normal de oficina. Por una razón: nadie ni nada me distrae. No hay correos electrónicos, no hay mensajes instantáneos rogando por atención, no hay jefes preguntando "¿cómo vas?", ni juntas, ni llamadas por teléfono. Sólo hay silencio. Y es entonces que la productividad fluye a caudales. Para mi mala suerte, es demasiado tarde y hay que volver a casa.