La escuela no debería ser aburrida
La educación que se imparte en las escuelas actualmente es como la comida rápida. Se produce en masa y se prepara en base a estándares de modo que a todos se les sirva lo mismo.
No todas las personas deberíamos comer igual; no a todos nos gustan las mismas cosas ni aprovechamos los alimentos del mismo modo. Y sin embargo a todos se nos sirven el mismo plato de educación estándar durante los primeros 9 años (tiempo que dura la educación básica en México).
La escuela no debería ser aburrida; lo es porque está mal diseñada.
Howard Gardner afirma que existen múltiples tipos de inteligencia. Según su teoría existen 8 tipos diferentes: lingüística, lógico matemática, corporal y cinética, visual y espacial, musical, interpersonal, intrapersonal y naturalista. Gardner afirma que la inteligencia natural (IQ) no distingue todos los matices de inteligencia de los individuos.
El sistema educativo del mundo moderno se enfoca enormemente en el desarrollo de las habilidades lingüísticas y lógico matemáticas. El resto de los tipos de inteligencia quedan al margen del sistema educativo.
Quienes tienen mayores aptitudes en otras áreas no encuentran los incentivos que necesitan en las escuelas, por el contrario deben esforzarse en hacer encajar sus habilidades en un sistema que no está diseñado para ellos.
No es de extrañar entonces el elevado índice de deserción en las escuelas o los bajos niveles de aprovechamiento de muchos de los alumnos en educación básica.
Sir Ken Robinson está convencido que nuestro sistema educativo dista mucho de ser el ideal. Para Robinson la inteligencia es diversa y como tal todos poseemos aptitudes distintas. Habrán quienes sean mejores en matemáticas, quienes sean más hábiles para la danza o las artes, para los deportes o la literatura. La visión que tiene Robinson de la educación en nuestros tiempos es que sigue estando enfocada a desarrollar aquellas habilidades requeridas por el trabajo industrial. Sin embargo, afirma Robinson, que ésta forma de educación se queda corta, además de que es no menos que agresiva para la creatividad.
Robinson aboga por el desarrollo de las aptitudes creativas como herramienta para afrontar los retos de la actualidad y el futuro. El su libro El Elemento Robinson menciona múltiples casos de personas que descubrieron la pasión personal (su elemento) que los hizo enormemente exitosos y reconocidos. En algunos de estos casos se observa incluso como la enseñanza aparece en su contra, como un obstáculo.
Aprender es divertido cuando haces aquello que te apasiona.
No todas las personas deberíamos comer igual; no a todos nos gustan las mismas cosas ni aprovechamos los alimentos del mismo modo. Y sin embargo a todos se nos sirven el mismo plato de educación estándar durante los primeros 9 años (tiempo que dura la educación básica en México).
La escuela no debería ser aburrida; lo es porque está mal diseñada.
Howard Gardner afirma que existen múltiples tipos de inteligencia. Según su teoría existen 8 tipos diferentes: lingüística, lógico matemática, corporal y cinética, visual y espacial, musical, interpersonal, intrapersonal y naturalista. Gardner afirma que la inteligencia natural (IQ) no distingue todos los matices de inteligencia de los individuos.
El sistema educativo del mundo moderno se enfoca enormemente en el desarrollo de las habilidades lingüísticas y lógico matemáticas. El resto de los tipos de inteligencia quedan al margen del sistema educativo.
Quienes tienen mayores aptitudes en otras áreas no encuentran los incentivos que necesitan en las escuelas, por el contrario deben esforzarse en hacer encajar sus habilidades en un sistema que no está diseñado para ellos.
No es de extrañar entonces el elevado índice de deserción en las escuelas o los bajos niveles de aprovechamiento de muchos de los alumnos en educación básica.
Sir Ken Robinson está convencido que nuestro sistema educativo dista mucho de ser el ideal. Para Robinson la inteligencia es diversa y como tal todos poseemos aptitudes distintas. Habrán quienes sean mejores en matemáticas, quienes sean más hábiles para la danza o las artes, para los deportes o la literatura. La visión que tiene Robinson de la educación en nuestros tiempos es que sigue estando enfocada a desarrollar aquellas habilidades requeridas por el trabajo industrial. Sin embargo, afirma Robinson, que ésta forma de educación se queda corta, además de que es no menos que agresiva para la creatividad.
Robinson aboga por el desarrollo de las aptitudes creativas como herramienta para afrontar los retos de la actualidad y el futuro. El su libro El Elemento Robinson menciona múltiples casos de personas que descubrieron la pasión personal (su elemento) que los hizo enormemente exitosos y reconocidos. En algunos de estos casos se observa incluso como la enseñanza aparece en su contra, como un obstáculo.
Edward De Bono ha hecho famosa la teoría del pensamiento lateral (creativo) como complemento del pensamiento vertical (lógico) impartido en escuelas y universidades. Su libro es una apuesta a dicha teoría y propone un conjunto de procedimientos prácticos que permitan cultivar la creatividad de manera sistemática. Según De Bono la creatividad se puede desarrollar en la misma forma en que se desarrolla cualquier otra habilidad (por ejemplo, la habilidad matemática).
Así pues una mejorada educación debería ser adaptable a sus alumnos. Además debería permitirles y empujarles a desarrollar sus muy particulares habilidades. De ésta forma la nueva educación podrá incentivar a quienes hoy se sienten desmotivados ante ella. Y sólo así las personas podremos desarrollarnos más plenamente, para desenvolvernos con soltura y entusiasmo en el mundo.
Aprender es divertido cuando haces aquello que te apasiona.
Fuentes:
El pensamiento lateral. De Bono, Edward.
El elemento. Robinson, Ken.
Teoría de las inteligencias múltiples. Gardner, Howard.