Obsérvate al comer
Dietistas y nutriologos coinciden en que el sobrepeso se debe más a nuestros hábitos alimenticios que a la actividad física que realizamos. Siendo así, nuestro esfuerzo más importante a la hora de recuperar nuestro peso ideal debería estar más enfocado en mejorar nuestra dieta.
Porque, ¿qué es más fácil? ¿Quemar las calorías acumuladas con ejercicio intenso y constante? ¿O prevenir que éstas se acumulen en primer lugar?
Pero no me refiero a hacer una dieta tradicional. Cambiar de dieta no debería ser algo en lo que nos esforzamos enormemente durante un periodo de tiempo con el fin de perder peso. Cuando vez a las dietas de esta manera, como un esfuerzo temporal, lo que solemos hacer es abandonarlas en algún punto para después volver a nuestros hábitos de alimentación previos.
Es entonces que volvemos a comer desordenadamente. Nos volvemos a permitir todo aquello que la dieta nos restringía. Y es debido a ésta restricción que la próxima vez que volvamos a comer antojos los comeremos en mayor cantidad que antes de la dieta. Entonces recuperamos el peso que habíamos perdido o incluso más.
Un cambio de dieta no debería ser algo temporal, debería ser algo que hacemos todos los días sin que sea una carga. Comer bien debería ser parte de nuestras convicciones. "Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia no es, pues, un acto, sino un hábito" Aristóteles no pudo haberlo dicho más claro.
Un primer paso para lograr esto es ser observadores de nosotros mismos a la hora de comer. Observarnos a la hora de comer puede ayudarnos a descubrir cosas muy interesantes sobre nuestros hábitos alimenticios.
A la hora de comer obsérvate a tí mismo. Hazlo como si fueses una persona de pie frente a tu mesa y de cara hacia tí. ¿Que hay en los platos enfrente de tí? ¿En que cantidades? Cuando te encuentres comiendo observa la forma en que lo haces. ¿Con que velocidad comes? ¿Realmente estás saboreando cada bocado? ¿Puedes distinguir el punto en el que estás satisfecho? Formúlate tus propias preguntas. Observa a otras personas. ¿Que hay en sus platos? ¿Como comen ellos?
A la hora de tomar un snack o una golosina detente un momento a pensar que es lo que te lleva a comerla. ¿Cuales son tus sensaciones en ese momento? ¿Realmente tienes hambre? ¿Si no es hambre lo que sientes entonces qué es? Haz una pausa para pensar en esto antes de lanzarte a comer algo fuera de tus horas normales de comida.
Después de hacer esto durante varios días ¿qué es lo que puedes deducir de tu forma y hábitos al comer?
Porque, ¿qué es más fácil? ¿Quemar las calorías acumuladas con ejercicio intenso y constante? ¿O prevenir que éstas se acumulen en primer lugar?
Pero no me refiero a hacer una dieta tradicional. Cambiar de dieta no debería ser algo en lo que nos esforzamos enormemente durante un periodo de tiempo con el fin de perder peso. Cuando vez a las dietas de esta manera, como un esfuerzo temporal, lo que solemos hacer es abandonarlas en algún punto para después volver a nuestros hábitos de alimentación previos.
Es entonces que volvemos a comer desordenadamente. Nos volvemos a permitir todo aquello que la dieta nos restringía. Y es debido a ésta restricción que la próxima vez que volvamos a comer antojos los comeremos en mayor cantidad que antes de la dieta. Entonces recuperamos el peso que habíamos perdido o incluso más.
Un cambio de dieta no debería ser algo temporal, debería ser algo que hacemos todos los días sin que sea una carga. Comer bien debería ser parte de nuestras convicciones. "Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia no es, pues, un acto, sino un hábito" Aristóteles no pudo haberlo dicho más claro.
Un primer paso para lograr esto es ser observadores de nosotros mismos a la hora de comer. Observarnos a la hora de comer puede ayudarnos a descubrir cosas muy interesantes sobre nuestros hábitos alimenticios.
A la hora de comer obsérvate a tí mismo. Hazlo como si fueses una persona de pie frente a tu mesa y de cara hacia tí. ¿Que hay en los platos enfrente de tí? ¿En que cantidades? Cuando te encuentres comiendo observa la forma en que lo haces. ¿Con que velocidad comes? ¿Realmente estás saboreando cada bocado? ¿Puedes distinguir el punto en el que estás satisfecho? Formúlate tus propias preguntas. Observa a otras personas. ¿Que hay en sus platos? ¿Como comen ellos?
A la hora de tomar un snack o una golosina detente un momento a pensar que es lo que te lleva a comerla. ¿Cuales son tus sensaciones en ese momento? ¿Realmente tienes hambre? ¿Si no es hambre lo que sientes entonces qué es? Haz una pausa para pensar en esto antes de lanzarte a comer algo fuera de tus horas normales de comida.
Después de hacer esto durante varios días ¿qué es lo que puedes deducir de tu forma y hábitos al comer?